Ayúdame Freud!

Se terminó señores, se terminó. Basta de charlas obsoletas. No más escritos triviales, ni conversaciones banales acerca de programas de televisión vacíos de contenido. De novelas trilladas, con personajes de nombres extraños. A partir de ahora vamos a hablar de cosas importantes, por ejemplo: la Salud Mental.
Han leído bien, no porque sí, soy una persona instruida. No para nada me he quemado las pestañas leyendo. Mi misión es, a partir de hoy, llevar un poco de salud mental hasta Uds.
En ésta primera entrega hablaremos acerca de lo molesto que puede resultar para alguien que ha estudiado, cómo yo, que otros presupongan que uno es un ‘sujeto supuesto a saber’.
Es conocida la frase: ‘a ver vos que sos psicóloga’, al menos por mí. A ver vos nada. A ver se va al cine, carajo. Que es eso de creer que porque una leyó algún que otro librito de Freud tiene la respuesta a todo. No señor. De ninguna manera, y si así fuere, pagáme y te cuento el secreto del cosmos, pero bajo ningún punto de vista voy a develar algo que me llevó una década descubrir.
Otro preconcepto erróneo a cerca de cualquier persona que haya tenido el más mínimo contacto con un libro de ‘Interpretación de los sueños’, es justamente el pensar que por ello uno sabe que número va a salir en la lotería. A ver, si yo supiera el significado de los sueños, ¿Realmente creés que estaría acá?. No señores, No. Los psicólogos no sabemos todo, Soy psicóloga, no Aschira ¿ok?.
Por otro lado, hay siempre un fantasma acerca de nuestro supuesto pseudo-conocimiento científico. Es decir, las personas no pierden oportunidad de hacernos saber lo poco creíbles que somos, y lo poco creíble que es la psicología en sí. Nosotros, no tenemos porque estar toda la vida rindiendo examen y contándole a nadie qué es el complejo de Edipo, o cómo se produce la identificación en el Estadio del Espejo, ¿quedó claro?. Por algo hemos estudiado tantos años. ¿Qué somos todos vivos?, porque si es así avisen eh.
Otro mito conocido, por quienes investimos con nuestro conocimiento la figura del analista es, sin duda alguna, el tener que tolerar las contradicciones ajenas. Es decir, por un lado debemos soportar estoicamente que defenestren nuestro saber, haciendo oídos sordos a comentarios tales cómo, ‘los psicólogos son todos chorros’, ‘para qué voy a ir al psicólogo, para eso le pago a un amigo’, ‘yo no creo en los psicólogos’. A ver, ordenemos pensamientos:

A) Los psicólogos son todos Chorros + B) Para eso le pago a un amigo = ¿Tus amigos son chorros?

C) Yo no creo en los psicólogos + D) El supuesto de que creer, se cree en los Dioses = ¿¡Somos tan grossos que nos comparan con Jebús!?

Señores a ver si dejan de malograr nuestros encantos, cómo si fueramos víboras maltrechas y nos dan un changüí. Hay profesiones mucho mas ladris que la del Psicólogo. Además, nunca digan nunca.

Mala fama tenemos los psicólogos che, Porca Miseria. :)