Me destapo, me tapo, prendo el ventilador, lo apago. Pero nada. Nada de esto hace que vuelva a dormirme como corresponde y como me merezco por ser una persona tan, pero tan, trabajadora. Maldición. Pienso, por favor hagan algo que me derrito. Ahhhh.
Duermo, creo, 2 horas. Digo creo porque tuve la sensación de estar despierta todo el fukin’ tiempo pensando 'que calor hijo de un camion repleto de putasssssssssss', ¬¬ iu nou guara ia min. Por lo tanto decido levantarme y echarme en un puff frente al aire, [baba]. Dicho y hecho, 3 de la mañana y yo sentada bajo el aire leyendo blogs. Lalalalalalala. He sorteado ‘la calor’, pienso. Pero no.
Dos horas más tarde y, sintiéndome la Hércules de los aires acondicionados, vuelvo a mi habitación. Para qué. En el mismísimo averno hace frío comparado al estado de horno microondas que tiene mi cama. Pol el amol de maikol. Quiero vivir en Alaska. Pero asi es la vida, diría yo misma, larga, dura y caliente, fuck. ¬¬
Después de 1 hora 40 de odisea, aproximadamente, empiezo a caer lentamente presa de Morfeo pero, claro, como no puede ser de otra manera, lo bueno dura poco, y alas 8 en punto suena el teléfono: me llaman de una heladería.
Odio que me llamen tan temprano, porque por más que me haga la loca y no atienda mi Súper Yo me obliga a llamar y averiguar qué carajo quieren ¿y si pasó algo? ¿Y si es urgente? ¿Y si mi jefe les pidió que se comuniquen conmigo? Pero no, lo correcto sería pensar ¿Y si en lugar de ser tan pelotuda sigo durmiendo?
Siempre termina siendo una pelotudez que perfectamente puede esperar 4 horas más y dejarme dormir tranquila. ¬¬
Decido levantarme porque seguir en la cama no tiene sentido. Preparo todo para bañarme. Mientras camino en patas hacia el living me pego tremendo porrazo contra la mesa. Puta madreee. No hay peor dolor que pegarte en el dedo chiquito del pie. Ahhhhhhhhhh. Puteo, grito, puteo again. Se levanta mi madre y me dice: qué pasa, qué pasa. Me hice pelota el pie. Me dice, ay nena pensé que te había pasado algo. Pero me pasó algo, le digo, que vos consideres que no es importante no hace que me duela menos. Me dice, sah ¿Te vas a bañar? No, pienso, si abrí la ducha para que se lave la bañera. ¬¬. Lo que sigue es la pesadilla de un día entero de trabajo, con mucho calor y sin haber dormido. ¿quieren que les cuente los detalles, manga de perversos?. No.
De todas maneras quiero que sepan, porque sé que ustedes son de esas gentes que no pueden vivir sabiendo que hay alguien que sufre: yo, por ejemplo; que esta noche tengo pensado ganarle la batalla a ‘la calor’, sí, me llevo el colchón al living y hasta no sentir frío y taparme con el acolchado no pienso parar, sépanlo. Lalalalala. Tomá calor de mierda, te gané.