Aviso: este post fué redactado en 5 minutos y un alto estado de ebriedad.
Una vez más estoy en pedo. En pedo y feliz porque el vinoblanco que me clave estaba rico y frio. Ohohoh, frio. SDD mira ‘Justo a tiempo’. Yo grito. Repito las palabras que dice Julián y grito. Le digo, Toblerone para todos, SDD no me mira. En momentos así extraño a mimadre. Oh mimadre. El gato se pavonea por toda la casa, y yo le grito, pero no se da por aludido. Maldito gato. Julian habla con la gente de Twitter, ¿qué onda loco?
El invitado de la visita es kdjfkdfjdjfk Valenzuela, el novio de la nieta de Mirtha, oh Mirtha. En el Facebook, me uno a un grupo que dice ‘Odiamos a Mirtha Legrand’. Totalmente. Le digo a la computadora: totalmente. Entro al grupo de Facebook de Justo a tiempo, y aunque estoy viendo quien es la visita, me meto de cholula nomas, y le digo ‘essssss dkfdkfdj valenzuela’ aunque no lo haya adivinado, oh la trampa, oh la trampa. Pero el maldito pelotudo que está jugando en el piso, adivinó y Julian no me llegó a nombrar en el programa. Los odio herejes. Decido que quiero matarlos, a toooooooooooodos malditos. Y me envalentono. Empuño un shampoo y con eso le apunto a la tele.
De pronto pasa el gato y me amanso. Me amanso como Leonor Manso, porque le amo. Le amo. El gato se pavonea y yo lo corro. Le engancho en la cola un pedacito de cinta, y se lo quiere sacar. Lucha, se regodea en el piso, intentando sacarse la cinta, pero no lo logra. Oh. Esto se ha vuelto una lucha encarnecida con el gato, para evitar que se saque la cintita. Bailo. Empezó botineras. De pronto me olvido del gato y me pongo a cantar la canción de presentación del programa. Grito y corro al gato por toda la casa. El gato me mira, sdd me reta, y me obliga a sentarme. Me como el último pedacito de chocolate blanco. Lo miro y le explico(¿) por qué va a morir en mis garras, pero no me dice nada. Concluyo que el chocolate no habla castellano.