Muerte

Canto. Canto canciones pedorras que pasan por la radio, desde ‘fue amor’ de Yazimel, hasta ‘inolvidable’ de Laura Pauzini. Pienso, muerte a la radio que me hace cantar esas canciones de mierda, pero en mi mente canto ‘No podrás’ de Cristian Castro. De pronto estoy muy muy aburrida porque con este día nublado no entra nadie a la heladería y, por lo tanto, no puedo controlar a mis malditos y amados, oh amados empleados. Entonces canto en voz alta, muerte muerte muerte muerte muerte, con la música de algún tema del año del pedo. La chica que está en el mostrador me mira con cara rara. A lo que yo respondo, muerte muerte muerte muerte, etc. La chica se ríe.
Me llaman por teléfono y decido volver a mi hogar para almorzar. Cuando llego veo en el noticiero que agarraron a otra Abuela Narco. Insto a mimadre a hacerse narco, le digo: hacete abuela narco, hacete. Ya agarraron a 58, me dice. Le digo bueno, si hay tantas es porque hay ‘merca’do, mentendes. Sí me dice. Y bueno, qué esperas, le digo. Se ríe pero no me dice que no. Qué vieja corrupta, pienso.
Pasan en el noticiero a una pareja que en Estados Unidos, después de 30 años de casados, a través de una foto vieron que compartieron unas vacaciones cuando eran niños. Le digo a mi madre ¿y eso es una noticia? Me mira y me dice, sah, cualquier cosa.
Cambiamos de canal y sin querer caemos en el puto partido: [y aquí les cedo un espacio para putear al maldito mundial, hagan su descargo]
Muerte, por dios muerte a los partidos de futbol, a la gente enferma que se pavonea por la vida feliz porque empezó el mundial. Muerte a las publicidades de LCD que me hacen acordar a las publicidades de canchas de paddle o de parripollos en los 90. Muerte a los maridos felices como nunca, porque tienen un mes entero para disfrutar SIN NOSOTRAS. Muerte, por vendidas, a las mujeres que creen superadas porque se hacen las que les gusta el futbol, una vez cada 4 años. Muerte a los pelotudos vendedores de cornetas que bien podrían metérselas en el orto y dejarse de joder con ese ruido de mierda. Muerte a las banderitas del carajo que aparecen en todos lados. Muerte a los programas de tv que no son de futbol pero que hacen alusión al mundial llevando a dos Negros mulatos a los que visten con chiripá y plumas para hacerlos pasar por Sudafricanos y, seguramente, hablan en porteño como cualquier hijo de vecino. Muerte a las radios que no se cansan de pasar el tema del mundial y que, de paso, nos torturan con el tema de Ricky Martin del mundial 2002. Muerte a Shakira y al puto waka waka. Muerte a David Bisval y sus rulos. Muerte a los famosos que viajan a Sudáfrica vaya uno a saber para qué, y no conformes con chorear acá, van a chorear a otro continente. Muerte a los noticieros que ahora sólo pasan notas en las que preguntan pelotudeces acerca de la cocina autóctona y las costumbres Sudafricanas, que de no ser por el mundial no le importarían a nadie. Muerte a los enfermos fanáticos que se gastaron el aguinaldo por adelantado comprándose la camiseta de Argentina, completamente al pedo, porque es igual que la de los otros mundiales, [yo todavía tengo una del mundial 98’, y les aseguro que si no es igual pega en el puto palo]. Muerte a los pelotudos futbolistas que hace dos meses la levantan con pala, haciendo publicidades horribles como la Verón y Yogurísimo.
Me quiero mudar a otro planeta durante este mes de mierda. Ya me veo divorciada para cuando termine. No los soporto y recién empieza. Muerte.

Luego de este descargo, merecido, los dejo con una reflexión, por si no tiene facebook: Gato que espera, es pera y no gato.