La heladera de mi casa está vieja ya. Pero yo la amo a lot porque es de las que tienen el freezer abajo y súper grande. Mimadre cada vez que tiene la oportunidad me dice que la heladera está hecha mierda porque nunca la descongelo. Probablemente tenga razón. Así que esta semana me dispongo a: A) Descongelar la heladera y limpiarla. B) ir al supermercado para llenarla nuevamente.
A tal fin, hoy desde muy temprano dejé sus puertas abiertas, así sale todo el hielo devenido en agua. Lavieja, por supuesto, se quejó aduciendo que le duele la jkdsjdksj y que no piensa agacharse a secar el piso todo mojado y lleno de hielo.
Ok, le digo, rebelate, vos rebelate nomas. Así te va a ir. Acto seguido, empieza tempranito a preguntarme qué voy a comer. Dado que no hay nada más que tres huevos, dos zanahorias y lechuga, y bueno, le digo, ¿qué otra cosa puedo comer? Ensalada, obvio.
Entonces parte rauda a lavar la lechuga y a rayar la zanahoria, pero en el momento en que se dispone a hervir los huevos, comienza la Odisea, que he dado en llamar ‘los huevos tienen un mensaje oculto para mí’.
De pronto veo a la vieja salir corriendo de la cocina y dirigirse hacia mí con el huevo en cuestión entre sus dedos. Oh, pienso, qué ha sucedido. Mi madre, casi con un ataque de pánico, me dice: ‘este huevo está podrido’ con su mejor cara de terror. Le digo, no, no está podrido, vos tenes una tendencia a tirar todo, ese es el problema. No, me dice, lo pongo en la cacerola con agua fría y flota. Flota, repite. Y me mira con los ojos desorbitados. Le digo, vos estas en pedo, ese huevo no está podrido. Sí, me dice, fijate en internet. Y claro, me dirijo hacia el oráculo que todo lo sabe, a hacer la búsqueda más absurda que realicé en mi vida. ‘cómo saber cuando un huevo está podrido’ y ahí, oh amados herejes, se reveló ante mí la verdad. ‘Cuando el huevo se queda en la base del bol en forma horizontal está en buen estado, pero cuando flota está podrido’. Oh Dios mío, pienso, mimadre sabe. Y pasó lo que no quería que pasara: tuve que reconocer mi ignorancia ante un ser geronte y sabio, como lo es lavieja. Maldita vieja. Al fin y al cabo, ha salvado mi vida o, al menos, me ha salvado de tremenda indigestión.
Pero esta vez, señores, no le pusimos huevo, repito, no le pusimos huevo. ¬¬ Herejía.
A tal fin, hoy desde muy temprano dejé sus puertas abiertas, así sale todo el hielo devenido en agua. Lavieja, por supuesto, se quejó aduciendo que le duele la jkdsjdksj y que no piensa agacharse a secar el piso todo mojado y lleno de hielo.
Ok, le digo, rebelate, vos rebelate nomas. Así te va a ir. Acto seguido, empieza tempranito a preguntarme qué voy a comer. Dado que no hay nada más que tres huevos, dos zanahorias y lechuga, y bueno, le digo, ¿qué otra cosa puedo comer? Ensalada, obvio.
Entonces parte rauda a lavar la lechuga y a rayar la zanahoria, pero en el momento en que se dispone a hervir los huevos, comienza la Odisea, que he dado en llamar ‘los huevos tienen un mensaje oculto para mí’.
De pronto veo a la vieja salir corriendo de la cocina y dirigirse hacia mí con el huevo en cuestión entre sus dedos. Oh, pienso, qué ha sucedido. Mi madre, casi con un ataque de pánico, me dice: ‘este huevo está podrido’ con su mejor cara de terror. Le digo, no, no está podrido, vos tenes una tendencia a tirar todo, ese es el problema. No, me dice, lo pongo en la cacerola con agua fría y flota. Flota, repite. Y me mira con los ojos desorbitados. Le digo, vos estas en pedo, ese huevo no está podrido. Sí, me dice, fijate en internet. Y claro, me dirijo hacia el oráculo que todo lo sabe, a hacer la búsqueda más absurda que realicé en mi vida. ‘cómo saber cuando un huevo está podrido’ y ahí, oh amados herejes, se reveló ante mí la verdad. ‘Cuando el huevo se queda en la base del bol en forma horizontal está en buen estado, pero cuando flota está podrido’. Oh Dios mío, pienso, mimadre sabe. Y pasó lo que no quería que pasara: tuve que reconocer mi ignorancia ante un ser geronte y sabio, como lo es lavieja. Maldita vieja. Al fin y al cabo, ha salvado mi vida o, al menos, me ha salvado de tremenda indigestión.
Pero esta vez, señores, no le pusimos huevo, repito, no le pusimos huevo. ¬¬ Herejía.