Estaba cortándole las uñas al Delfín, cuando de repente me percato de que mi madre, -sí, esa señora que cada día me resquebraja un poco más la paciencia-, me miraba con ojos desorbitados. Le pregunto ¿qué te pasa? Creyendo que una de las uñas del delfín se le había incrustado en un ojo, pero no.
Repregunté ¿qué pasa? Y no obtuve respuesta. Motivada por la posible pérdida de lenguaje de mi madre, le ordené a mi elefante que me llevara hasta su sillón del padrino para ver qué le pasaba.
Es ahí cuando me doy cuenta de que Mimadre miraba atónita un programa en la tele. [Es lógico el Delfín hace un ruido particular cuando le corto las uñas, por lo que no llegué a oír lo que a ella le impactaba tanto].
Y claro, Susana Gimenez en el televisor, estaba montada en el piano cual morsa parturienta, mientras Palito Ortega cantaba grandes éxitos tales como ‘la felicidad ahahahaha’, ‘la sonrisa de mamá’, entre otros.
Mimadre, quién reía enajenada y cantorreaba en éxtasis cada uno de los hits, me estaba llamando para que la acompañara a ver el show. Por supuesto, cuando ví semejante aberración, preferí seguir con mis tareas y terminar de peinar al Oso panda que es mucho más interesante contando chistes, que Palito Ortega cantando y, además, sirve como estufa en los gélidos inviernos de mi nueva casa en el Polo Norte.
Sí, estamos todos locos, qué le vamos a hacer.
Ahí se ven.-
Repregunté ¿qué pasa? Y no obtuve respuesta. Motivada por la posible pérdida de lenguaje de mi madre, le ordené a mi elefante que me llevara hasta su sillón del padrino para ver qué le pasaba.
Es ahí cuando me doy cuenta de que Mimadre miraba atónita un programa en la tele. [Es lógico el Delfín hace un ruido particular cuando le corto las uñas, por lo que no llegué a oír lo que a ella le impactaba tanto].
Y claro, Susana Gimenez en el televisor, estaba montada en el piano cual morsa parturienta, mientras Palito Ortega cantaba grandes éxitos tales como ‘la felicidad ahahahaha’, ‘la sonrisa de mamá’, entre otros.
Mimadre, quién reía enajenada y cantorreaba en éxtasis cada uno de los hits, me estaba llamando para que la acompañara a ver el show. Por supuesto, cuando ví semejante aberración, preferí seguir con mis tareas y terminar de peinar al Oso panda que es mucho más interesante contando chistes, que Palito Ortega cantando y, además, sirve como estufa en los gélidos inviernos de mi nueva casa en el Polo Norte.
Sí, estamos todos locos, qué le vamos a hacer.
Ahí se ven.-